Cómo perder a tus mejores colaboradores

“Seguramente no hay nada peor en el mundo de los negocios que trabajar para un jefe que no quiere que triunfes” Jack Welch

 

No cabe duda que cualquier empresa quisiera tener excelentes colaboradores, comprometidos con la misión y objetivos, esta es una de las añoranzas de cualquier empresario o director de empresa.

 

Cualquier persona que se plantee con seriedad el dirigir un negocio sabe que necesita mejorar primero su liderazgo y también a su equipo de trabajo, tal como lo hace un manager o entrenador de algún equipo para ganar partidos.

 

Pero la realidad no es así, normalmente se da por hecho que las personas que trabajan en la empresa están listas para cualquier reto; como si se tratara de un tema únicamente de voluntad o de “echarle ganas”, que por supuesto es un factor clave para lograr los objetivos planteados, pero no lo único necesario.

 

Muchas veces se olvida, tal vez porque existe la creencia que los negocios son fríos, de que la empresa esta formada por personas y que la ejecución de los sistemas y procesos dependen de la acción humana; que son el personal quienes se plantean como conseguir mejores metas, y quienes contribuyen con su compromiso a hacer realidad la misión. 

 

Cuando existen colaboradores “superproductivos”, comúnmente el líder no quiere que nada cambie, por obvias razones, cumplen su trabajo de una manera impecable, y a tiempo; cualquiera en sus cinco sentidos quisiera mantener a estos “jugadores” donde se encuentran, pero esto podría ser una manera de perder a estos colaboradores para siempre.

 

Algunos tal vez pudieran decidir incrementar el sueldo u ofrecer algún bono para retener a este “supercolaborador”, pero quien dirige debe estar consciente de que las personas no únicamente trabajan por dinero. Y si esto fuera así podría ser una situación desfavorable, porque podría tratarse de mercenarios que por un poco mas de dinero se van de la empresa.

 

El director debe ser capaz de generar el compromiso del personal. Cada vez se acentuará mas dentro de las funciones del líder el ser responsable de descubrir, desarrollar y retener el talento valioso.

 

En situaciones donde las personas no crecen en sus trabajos, llegan al punto de realizarlo sin motivación ni esfuerzo, afectando la productividad. Según Gallup, la falta de compromiso “implica una gran cantidad de potencial desaprovechado”. Y no se trata únicamente de crecer en el organigrama, se trata sobretodo de crecer en aprendizaje, en el desarrollo de competencias, en responsabilidades, en nuevas tareas o retos. En resumen se trata de desarrollar personas cada vez más competentes.

 

Porque cuando a un colaborador no se le apuesta en su desarrollo, tiene la percepción y siente que no importa a la dirección. Se siente como una pieza que se puede intercambiar. Cuando la organización no invierte en su personal, se pierde el compromiso e incluso si no salen por la puerta, mentalmente habrán dejado el trabajo.

 

Siempre existe el temor de invertir en el desarrollo del personal y que luego renuncien a la empresa, pero que es más riesgo ¿desarrollar y que se vayan? o ¿no desarrollar y que se queden en la empresa?.

 

Es necesario redescubrir que todas las personas, se encuentran en constante aprendizaje.  Cuando no estamos aprendiendo, no nos sentimos tan bien. El cerebro humano está diseñado para aprender, no solo durante los años escolares, sino a lo largo de toda la vida. Lo que diferencia la experiencia de la rutina es el aprendizaje obtenido.

Cada persona es una máquina de aprendizaje. Todas las personas quieren tener el desafío de no saber cómo hacer algo, aprender cómo hacerlo, dominarlo y luego aprender algo nuevo. En lugar de dejar que los motores del  personal permanezcan inactivos, hay que encenderlos: aprender, saltar y repetir.

Por: Mario Wong González

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